Financiamiento climático y sostenibilidad de la producción de arroz

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VISIÓN DE CONJUNTO

En medio de grandes dificultades para acceder a financiamiento, la obsolescencia de maquinarias y equipos, y la no menos grave escasez de combustible, la producción agrícola venezolana continua su proceso de recuperación. Cifras suministradas por el Banco Central de Venezuela (BCV), en enero de este año, indican que el sector agrícola registró un crecimiento del 4,84 % entre enero y septiembre de 2022, con respecto al mismo período de 2021.

En lo que respecta al cultivo del arroz, la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (FEDEAGRO) reporta que la cosecha 2022 cerró con un incremento del 118 %, mientras que cifras de la oficina del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos en Venezuela, indican que en la campaña 2022/23 se produjeron 257.000 toneladas de arroz blanco, lo cual confirma que la producción viene recuperándose. Sin embargo, este último volumen es similar a lo obtenido en 2017 que fue de 275 mil toneladas, siendo apenas el 46% de lo producido en 2007 cuando se abastecía la demanda interna y el consumo de arroz constituía un aporte calórico significativo en la dieta de los venezolanos. Dicho en otras palabras: estamos produciendo la mitad de hace 15 años.

Como consecuencia de esa situación, para satisfacer el consumo nacional, las importaciones de arroz en el 2022 fueron de 170 millones de dólares, provenientes de Estados Unidos (52%) y Brasil (46%). Resulta entonces obvia la necesidad de incrementar la producción de arroz para contribuir a la seguridad alimentaria e impulsar las economías de las regiones arroceras.

Este requerido aumento de la producción enfrenta dos grandes desafíos:

  1. La imposibilidad de concebir la recuperación del sector arrocero bajo el modelo lineal y extractivista de la agricultura del pasado, más aún en el escenario previsto de cambio climático. Si no cambiamos esa línea de acción, los resultados no serán distintos a los obtenidos en el periodo 2004-2015, es decir, incrementos en volúmenes de producción y baja productividad con consecuencias ambientales negativas y escasas mejoras sociales en los territorios rurales.
  2. La procura de recursos financieros en las actuales condiciones socioeconómicas del país, donde aumentar la producción de arroz no es la única prioridad. El estudio “Una Mirada al Futuro”, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la principal fuente de financiación multilateral para proyectos de desarrollo en América Latina y el Caribe, publicado en agosto 2020, estimaba que Venezuela necesitaría recursos por un monto de 25.3 millardos de dólares, para superar la crisis y recuperar la senda de crecimiento económico

Las buenas noticias son:

  • La oferta de tecnologías apropiadas, como las que aporta la agronomía del conocimiento, los bioinsumos agrícolas, la siembra directa y la rotación de cultivos, las cuales permitirían el avance en la productividad del sector arrocero venezolano, quien ha demostrado resiliencia y capacidad organizativa, en armonía con la atenuación de los efectos del cambio climático y en concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, y
  • La disponibilidad de la cooperación técnica internacional, así como del financiamiento y la inversión climáticamente inteligente, en razón a que el escalamiento de las tecnologías validadas, así como la adaptación y el desarrollo de soluciones tecnológicas para las condiciones específicas del sistema nacional de producción del arroz, dependen de la existencia de los recursos financieros necesarios.

ACTIVIDAD

Encuentro virtual con actores destacados de la cadena de valor del arroz, en el formato de Mesa Técnica, donde se compartieron con los expertos latinoamericanos: Gerardo Escudero del IICA y Eduardo Graterol del FLAR, algunas experiencias del mejoramiento de la productividad y sostenibilidad del cultivo de arroz en América Latina. Posteriormente, a través del análisis y discusión, se recogieron recomendaciones para la elaboración de una hoja de ruta que permita obtener financiamiento, a fin de desarrollar un plan de acciones de adaptación y mitigación del cultivo del arroz al cambio climático, que también mejoren la productividad y la sostenibilidad del sector arrocero venezolano.

A las ponencias de estos expertos se añadieron los aportes de tres referentes nacionales en cultivo del arroz: la profesora Aida Ortiz de la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, y los ingenieros Franco Silva, Coordinador General Programa País ONUDI-Venezuela, y Jesús Alezones, Gerente General de Fundación DANAC.

Algunas de las interrogantes planteadas fueron:

  • ¿Como lo han hecho otros países de la región?
  • ¿Cuáles son las oportunidades y los obstáculos para superar?
  • ¿Cuáles son las opciones disponibles actualmente?
  • ¿Como y por donde iniciamos la procura de recursos y cooperación técnica internacional?

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

El principal resultado de esta Mesa Técnica fue la coincidencia de los expertos internaciones del IICA y el FLAR, en cuanto a que están dadas las condiciones para la formulación de un robusto Plan Nacional para el mejoramiento de la productividad y sostenibilidad del cultivo de arroz en Venezuela, tal como se viene realizando en otros países de la región, en virtud de las capacidades técnicas, dentro y fuera del país, y de la posibilidad de apalancamiento de los actores de la cadena de valor, representados en primera instancia por FUNDARROZ, donde convergen las principales organizaciones de productores y la agroindustria. Así mismo la imperiosa necesidad de incorporar al sector financiero, especialmente a la banca privada, y a las instituciones públicas vinculadas.

Al mismo tiempo, asumieron el compromiso de gestionar la participación de sus respectivas organizaciones y de promover las sinergias necesarias, para la preparación y desarrollo del referido Plan, como también para la procura de las finanzas requeridas. Del mismo modo se resaltaron los avances que se vienen logrando en materia de aumentos de rendimiento, disminución de costos y progresos en la sostenibilidad, mediante los esfuerzos conjuntos de ONUDI-Venezuela, FLAR y FUNDARROZ, respecto de la implementación de la rotación arroz/soya, y la conveniencia de, tanto cuantificarlos, como de documentarlos y expandirlos.

En lo que respecta al financiamiento del Plan, existe un amplio abanico de opciones, sin embargo, la recomendación es iniciar la preparación mediante cooperación técnica no reembolsable, para lo cual seria muy conveniente el apoyo de políticas públicas y posteriormente, escalar la propuesta hacia organizaciones regionales como FONTAGRO y CAF. En el siguiente nivel se sitúan el financiamiento climático y las inversiones climáticamente inteligentes provenientes de los fondos de inversión climática (Fondo Verde para el Clima-GCF y Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques-FCPF), los mecanismos de mercado (Mecanismo de Desarrollo Limpio-MDL y Esquema de Comercio de Emisiones-ECE), las instituciones financieras internacionales (Banco Mundial-BM y Banco Interamericano de Desarrollo-BID), así como las inversiones privadas y los programas de compensación de emisiones.

De la misma manera, las instituciones nacionales que participaron: FAGRO-UCV, ONUDI-Venezuela y Fundación DANAC, además de presentar un breve resumen de las actividades que actualmente desarrollan, para apoyar el progreso de la sostenibilidad y productividad del cultivo del arroz, expresaron su disposición a continuar sus contribuciones y de incorporarse en la preparación de los proyectos para el Plan,

En vista de estos resultados, FUNDARROZ solicitaría la colaboración de FLAR, IICA y FUSAGRI, para la realización de un taller con el propósito de conformar el equipo encargado de realizar los lineamientos generales del Plan, las estrategias y sus respectivos componentes.

Ud. puede ver la grabación completa de esta Mesa Técnica pulsando aquí

Desarrollo Sostenible de la Agricultura y del Medio Rural Venezolano