En el país viene ganando terreno la posibilidad cierta de potenciar y transformar la agricultura bajo un modelo de sostenibilidad con el propósito de armonizar la producción agrícola con la preservación del medio ambiente, la conservación de los recursos naturales y el desarrollo territorial, es decir, basado en un modelo bioeconómico. En ese particular destaca la contribución que vienen realizando las biofábricas nacionales de bioinsumos agropecuarios, mediante el aporte de biocontroladores y biofertilizantes, disminuyendo el empleo de sustancias químicas y desarrollando acciones para fomentar el adecuado uso de estos productos que requieren, al ser un nuevo paradigma, del acompañamiento técnico en su proceso de mercadeo y adopción.
Estudio realizado en el marco de la iniciativa titulada “Fortalecimiento de las acciones de cooperación técnica para la reactivación productiva del sector agroalimentario de Venezuela” entre la Fundación Servicio para el Agricultor (FUSAGRI) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)