La Facultad de Agronomía de la UCV (FAGRO) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con el apoyo de la Fundación Servicio para el Agricultor (FUSAGRI), anuncian el inicio del Diplomado en Bioeconomía Aplicada a las Cadenas de Valor Agrícolas como actividad formal destinada a promover y capacitar, tanto a profesionales y técnicos vinculados al agro como a estudiantes de pre y postgrado de carreras afines al sector agrícola y ambiental.
El uso de bioinsumos en la agricultura de América Latina y el Caribe es una alternativa estratégica para mejorar la productividad y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. Sin embargo, su uso es limitado debido a la falta de conocimiento y capacitación, acceso limitado y deficiencias de regulación y estándares de calidad. Por lo tanto se requieren esfuerzos para la coordinación de países y articulación de las estrategias de institutos de investigación tanto internacionales, regionales y nacionales. Los países participantes son Venezuela, República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala
El Acuerdo General de Cooperación Técnica permitirá profundizar la alianza institucional para impulsar a la Bioeconomía como estrategia para el desarrollo sostenible de la agricultura venezolana , la generación de propuestas de impacto y la procura de apalancamiento de recursos en estas áreas estratégicas y otros temas vinculantes de relevancia para el país, así como también contribuirá al desarrollo de las acciones del Plan de Mediano Plazo 2022-2026 del IICA.
Organizado por la Dirección de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), con el apoyo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y de FUSAGRI, con el objetivo de visibilizar y analizar la posibilidad que representa el financiamiento sostenible (valores negociables verdes, sociales y sustentables), en la inversión agrícola climáticamente inteligente y el empoderamiento climático en Venezuela.
En este seminario se demostró como el manejo y la utilización de los residuos de cosecha son esenciales para mejorar la fertilidad y salud de los suelos arroceros, así como también para disminuir significativamente la emisión de GEI y aumentar el secuestro de carbono. También se presentaron resultados de recientes estudios que reportan mejoras en la rentabilidad del cultivo por incrementos de 1.0 a 1.4 t/ha en los rendimientos del arroz.
El gran reto del nuevo modelo agrícola es impulsar el desarrollo sostenible de la pequeña y mediana agricultura, cuya contribución a la seguridad alimentaria y nutricional de los territorios rurales es determinante, pero donde se continúan aplicando prácticas agrícolas ineficientes y ambientalmente insostenibles, especialmente en las zonas montañosas.